Egresado del Centro Medico Nacional La Raza
Certificado por el consejo mexicano de Geriatría
La geriatría es la rama médica dedicada al cuidado de los adultos mayores que toca aspectos preventivos, terapéuticos, rehabilitatorios y paliativos integrando los aspectos sociales y familiares. Proporciona herramientas para la atención del adulto mayor enfermo en etapas agudas, subagudas y crónica.
El objetivo fundamental es la conservación de la autonomía y la autovalía del adulto mayor utilizando abordajes que integren las enfermedades de mayor prevalencia, las más discapacitantes y aquellas que condicionan dependencia, de tal manera, que se facilite su reinserción a una vida autosuficiente en el núcleo familiar y el entorno habitual.
El Geriatra es el médico especialista en la atención integral de las Personas Adultas mayores (en Mexico a partir de los 60 años de edad). Cuenta con los conocimientos y habilidades necesarias a través de una sólida preparación formal para realizar de manera holística, acciones de prevención, diagnóstico y tratamiento con fundamento en el saber del proceso de envejecimiento, la historia natural y fisiopatología de las enfermedades y síndromes geriátricos.
No. El geriatra debe ser un buen internista, pero añade a ello una serie de características que no suelen encontrarse en los programas formativos de medicina interna. Además suele tener una visión más holística de la medicina. Las diferencias más importantes del geriatra en relación con el internista son las siguientes:
• Un buen conocimiento de lo que es el proceso de envejecer (de los cambios fisiológicos y patológicos derivados del paso del tiempo).
• Un mejor conocimiento de las peculiaridades que presenta la enfermedad en la persona mayor. P.ej: de las manifestaciones atípicas de las enfermedades o de los aspectos referidos al manejo de fármacos en el tratamiento.
• Estar familiarizado con una herramienta de trabajo específica, como es la llamada valoración geriátrica integral (valoración de la situación clínica, de las funciones física y mental, y de la social del paciente y su entorno).
• Disponer de un conocimiento del que suele carecer el internista acerca de aquellas enfermedades o situaciones que aparecen o se producen fundamentalmente o de manera casi exclusiva en la persona mayor. El ejemplo más típico son los llamados “grandes síndromes geriátricos”: caídas, incontinencia urinaria o fecal, inmovilidad, etc.
• Tener un mayor hábito de trabajo en equipo dentro de un grupo multidisciplinar donde están incluidos otros profesionales sanitarios y no sanitarios.
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